
Antes decíamos que Internet va a cambiar nuestras vidas, la verdad es que ya lo ha hecho. Nosotros, las generaciones que hemos visto su nacimiento y evolución somos consiente de ello, pero aquellos jóvenes que siempre han visto como funciona, aunque no sea en sus hogares, están habituados a ella porque está en todas partes. Basta con ir a un Banco, al centro de salud o cualquier oficina pública o privada y todo el mundo tiene un ordenador al frente, al menos en este país o mejor dicho, a este lado del mundo.
Las nuevas tecnologías están en todas partes: en los negocios, las fábricas, la política, el trabajo y afortunadamente también, en la educación. Digo afortunadamente porque si está en todos lados, la educación no puede ignorarla.
Las nuevas tecnologías están en todas partes: en los negocios, las fábricas, la política, el trabajo y afortunadamente también, en la educación. Digo afortunadamente porque si está en todos lados, la educación no puede ignorarla.

Debido al avance tecnológico, el trabajo tradicional va dejando paso cada vez más al factor conocimiento y es este último el que prima en la nueva empresa. Así, la empresa hace bien en considerar a sus empleados como fuerza de conocimiento, escucharles y proporcionarle posibilidades de mejorar en sus conocimientos a la vez que adquiere nuevos.
Al igual que lo que pronto se verá en el sector educativo, la información entre otras cosas trae conocimiento y éste se encuentra al alcance de todos los alumnos y el profesor será un guía en el aprendizaje; en las empresas, el jefe dejará de ser la persona que más sabía, porque éstos (los conocimientos) ahora están al alcance de quien quiera adquirirlos y en forma abundante.
En el ambiente actual y futuro de trabajo, información y tecnologías, la ética es muy importante, más que nunca es necesario crear un clima de responsabilidad social, transparencia, comunicación, valorización de las personas, disminución de jerarquías, trabajo cooperativo, etc.
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