Vivimos en un mundo influenciado y manipulado no solo por los medios de comunicación, sino que también por el marketing y la publicidad.
El gran negocio de la propaganda hace que las grandes empresas gasten billones de dólares o euros en ella, así nos muestran sus productos como si fuesen los mejores a través de mensajes sofisticados que parecen ser totalmente creíbles en esos momentos. Contratan rostros o personas conocidas para darles más credibilidad a los spots publicitarios que encontramos en todos lados, vemos en televisión, revistas, cine, radio, Internet, etc. Muestran un entorno ideal, con escenas perfectas en donde lo malo o lo feo no tiene cabida, pero que se contrapone con la realidad, porque todo es idealizado.
Pero no sólo quien pretende vendernos un producto usa y abusa de este medio, sino que también lo hacen los políticos, quienes intentan manipularnos con promesas, gastando el dinero de los ciudadanos y que es necesario para hacer mejoras sociales.
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